14 marzo 2012

ECIJA - CRÓNICA DE UNA EXCURSIÓN

Cuando AMADUMA programó hacer el día 10 de marzo una excursión a Écija, no dudé en sacar plaza para visitarla. Salimos la mañana de ese día de Málaga con el cielo nublado, pero sin llover, y al entrar el autocar en ruta, pudimos comprobar en el campo los efectos de la sequía de este año. Al poco de pasar Casabermeja, paramos en el restaurante La Dehesa donde un reparador desayuno nos entonó para continuar el viaje.
Siguiendo por la A-92 vemos Antequera y su vega, y a Estepa presidida por su castillo árabe. Al salir de la autovía para continuar por la carretera, pasamos por Osuna y contemplamos las torres de sus iglesias y su castillo, al poco rato, llegamos a Écija entrando por la Avenida del Genil a la Estación de Autobuses. Allí se quedaron aparcados los tres autocares de nuestra excursión y nos esperaban los guías para hacer la visita turística. Comenzamos por esta avenida, en la que hay un monumento con cuatro toros ibéricos en su base y dos altas columnas que sostienen la escultura de un atlante con un disco bajo el brazo, el disco es el Sol, tan presente en este lugar. Antes de doblar para la Avenida de Cervantes, hay un grupo escultórico dedicado a este escritor en homenaje al tiempo que estuvo por estas tierras. Cervantes está sentado en una silla que sostienen varios jóvenes musculosos y tiene en sus manos un libro abierto del que emerge la cabeza de Don Quijote, la obra es del escultor Rafael Armenta. La Avenida de Cervantes está ornamentada con naranjos a ambos lados y por ella llegamos a la Plaza de España (la del Salón) donde está el Ayuntamiento, un edificio color rosado con arcos en su fachada que está en restauración.
La Astigi romana tiene en la actualidad más de cuarenta mil habitantes, y aunque se han abierto zonas para el tráfico actual, conserva parte del trazado urbanístico originario. A pesar de que con los efectos del terremoto de Lisboa de 1755 se derrumbaron muchas torres, en la actualidad sobre los tejados de sus casas se elevan once, y diez y seis espadañas. Écija tiene un gran patrimonio arqueológico, arquitectónico y eclesiástico. Fue sede episcopal desde el siglo III al IX y el primer obispo fue San Crispín.
Por las calles del centro histórico admiramos las fachadas de sus casas, muchas de ellas señoriales, y entramos en el palacio de Santaella, un edificio del siglo XVIII de dos plantas y claustro con doble arcada de columnas de mármol. En nuestro caminar contemplamos la fachada del convento de los Capuchinos y la del palacio de los Aguilar y llegamos a la iglesia de Santa María. Esta iglesia construida sobre un templo mudéjar en el S. XVIII, es de estilo barroco y junto a su portada tiene una hermosa torre con cierta similitud a la Giralda. Consta de tres naves y una capilla muy profunda, en la que es de reseñar; la decoración pictórica y escultórica y el templete del altar mayor con la Asunción. Después de admirar las capillas de esta iglesia, vamos al Palacio de Justicia, también llamado de “Las Tamasas”, del que sólo pudimos ver el maravilloso patio de decoración historicista, hecho a imitación de la Alhambra a comienzo del S.XX, y su gran escalera en la que destaca el artesonado del techo.
Seguimos el recorrido para ir al Museo de Arte Sacro de la Iglesia Mayor de la Santa Cruz. Esta iglesia fue levantada en el S. XVIII en el solar de otra anterior derribada por el terremoto de Lisboa. Su estilo es neoclásico y sólo le queda un retablo barroco. El ara del altar mayor es un sarcófago del siglo V con escenas bíblicas talladas en la piedra, y en el sagrario se venera la imagen de Nuestra Señora del Valle patrona de Écija. La sacristía recién restaurada, tiene el techo y las paredes profusamente decorados.
Visitamos el singular Mercado de Abastos ubicado en un antiguo convento de los Jesuitas, y en la “Plaza del Salón” vemos el Mirador de Benamejí, antes de llegar al palacio de este mismo nombre, sede del Museo Histórico Municipal. Entramos en él por el patio de carruajes y de allí pasamos a las caballerizas. En el museo admiramos importantes piezas arqueológicas, entre ellas cabe destacar, la escultura de una amazona romana y una bella colección de mosaicos. Terminada la visita, cogimos los autocares para ir a comer al restaurante “Rincón del Gato”. Allí almorzamos en su confortable salón; entremeses, paella y un flamenquín, regados con cerveza, vino o agua (según las preferencias) y tomamos postre y café.
Llegamos de nuevo a la estación y dejamos los autocares para hacer a pie la última etapa de la visita. Andando por la calle de los Caballeros vemos la pintura de Jesús sin Soga y el Palacio de Peñaflor, S. XVIII, del que son dignos de admirar los frescos de su fachada, las columnas salomónicas de la portada y el largo balcón curvado de forja, en frente, está el palacio plateresco de Vallehermoso, S.XVI y la torre de San Gil. En la Iglesia de San Juan, entramos por la parte inacabada que es como un inmenso patio desde el que se ve la bella torre de la iglesia. Dentro, en la única nave construida del templo, vemos el retablo del altar mayor con la imagen del Santo, y a Nuestro Padre Jesús Nazareno y la Virgen de la Misericordia. De regreso a la estación nos detuvimos ante la casa donde nació en 1579 Luís Vélez de Guevara, autor de “El Diablo Cojuelo”.
Ya acomodada en el autocar, miro a la salida de Écija al sol iluminando en su ocaso a una nubecilla solitaria, y pienso, que hemos pasado un buen día. A demás de ver la ciudad y sus monumentos, hemos gozado de una agradable temperatura, y sobre todo, de unos estupendos compañeros de viaje, a los que dijimos al llegar a Málaga - ¡Hasta la próxima excursión!

Amalia Diaz
12 de marzo de 2012

Reportaje de fotos pinchando en el enlace siguiente :

https://picasaweb.google.com/amaduma/EXCURSIONAECIJA#


1 comentario:

  1. Mejor que visto en directo, yo me uno a tu opinion y tambien digo ¡HASTA LA PROXIMA!
    Mª E.

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