06 julio 2012

CHUPITOS DE VERANO

En estos tiempos de mensajes cortos y contundentes, aún a sabiendas de que todos tenemos puestos la mayor parte de nuestros sentidos en la situación tan difícil que estamos viviendo, o quizás por eso mismo, se me ha ocurrido colgar algunos microrrelatos para paladearlos como si fueran «chupitos de verano», con o sin alcohol, pero con chispa. Espero que sean como pequeñas píldoras, a ser posibles de la felicidad. Un espacio donde rentabilizar la imaginación con los mejores dividendos; sin P.I.B., euros, ni dólares, y que las únicas monedas de curso legal sean la reflexión y la sonrisa.
Sin más preámbulos, porque de micros se trata, ahí van los dos primeros:


REUNION ANUAL

Como todos los años en el solsticio de verano se celebraba la reunión más importante de ese selecto grupo y cada vez con menor asistencia de público. Al caserón elegido para el acontecimiento solo llegaron seis mujeres y seis hombres; casi todos con el mismo medio de transporte.
Una vez reunidos en el salón destinado al evento, comenzó a hablar el Vicepresidente:
—Veo muchas bajas entre nuestras filas; debe ser porque están sobrecargados con sus cometidos habituales, y no es para menos, entre las lejanas promesas electorales, la crisis mundial, la banca, la prima, los reality shows, las tertulias televisivas, las aficionadas y los fantasmas sin sábana que pululan por ahí; nuestro censo oficial es cada vez más exiguo.
Todos estuvieron de acuerdo con esas palabras. A continuación la Presidenta siguió diciendo a los fieles asistentes:
—Somos muy pocos para esta reunión, por lo que propongo aplazarla hasta que se cansen de jugar con las marionetas. ¡Unos por otros y la casa sin barrer! Hablando de barrer, montaos en las escobas y volved a vuestras casas. Este año no tiene sentido un aquelarre…


REGALO SORPRESA

Por fin había llegado el día de nuestro aniversario y quería darle a mi novio una sorpresa. Hice la reserva de un regalo muy original, pensando que nos vendría bien a los dos para relajarnos. Después degustaríamos una cena romántica y un postre de diez...
El día anterior lo llamé por teléfono para que no hiciera otros planes.
—Cari, nos vemos mañana a las seis de la tarde, donde siempre, pero por favor trae tu bañador. No lo olvides porque es muy importante.
—¿El bañador, es qué vamos a la playa?
—Si, el bañador. Solo necesitas saber eso, lo demás déjalo de mi cuenta.
—Vale, lo que tú digas. Hasta mañana cielo.
—Un beso y hasta mañana cari. —me despedí pensando en la sorpresa que le tenía preparada.
Cuando apareció al día siguiente, no podía creerlo: con chanclas, bermudas floreados haciendo juego con su camiseta de tirantes, gorra americana con la visera hacia atrás, una sombrilla enfundada colgada del hombro y en las manos sostenía su juego de aletas y gafas de buceo; sólo le faltaba el flotador con la cabeza de pato.
—Cari, te pedí que trajeras solamente el bañador. —le dije mientras lo miraba alucinada y pensando: ¿Cómo íbamos a entrar en un SPA de cinco estrellas y baños árabes con mi novio vestido de esa guisa?


Esperanza Liñán Gálvez

1 comentario:

  1. Bien por "Los chupitos de verano". Seguro que algunos más se animan porque en verano también seguimos el blog y nos gusta ver que no está cerrado por vacaciones. Enhorabuena.

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