13 enero 2015

NUEVOS PROPOSITOS

Hace tiempo que no hago propósitos de año nuevo, ¿para qué? Siempre llega algo o alguién que los desbarata.
Todos los años se escuchan los mismos tópicos con distintos protagonistas: este año aprendo inglés sin falta. Pero si el inglés es y será la eterna asignatura de los españoles; y ahora lo que se lleva es el chino o el japonés. Y lo del gimnasio: la mayoría paga  la matrícula y abandona en Febrero. Además, con el cariño que le tienes a esos flotadores de la cintura que valen su peso en oro, conseguido a base de cervezas y tapas con los amigos.
Podríamos hacer una contra-lista cuando termina el año y llamarla «despropósitos conseguidos». No sería un balance al uso, sino un desbalance que nos sorprenderá y seguro que nos reconcilia con la realidad arrancándonos una sonrisa. Es la prueba fehaciente de que sin hacer planes hemos tenido la capacidad de salir, más o menos indemnes, de algún que otro jardín. De saltar los charcos, o meternos en ellos, según nos diera la ventolera en ese momento, y todo sin proponérnoslo. O sea, lo que se llama vivir improvisando, que crea muchas menos frustraciones que los propósitos incumplidos.
Con o sin ellos, deseo que este 2.015, por el que ya estamos caminando, nos traiga todo lo que se espera de él, que no es poco...


Esperanza Liñán Gálvez



    

2 comentarios:

  1. Siempre fueron TRES: dejar de fumar, aprender inglés y adelgazar.
    Se nota que tu no has fumado.

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  2. Gracias Tomás porque llevas razón. Fumé poco y hace mucho tiempo. Con el inglés me defiendo y en lo de adelgazar: ya he tirado la toalla hace algunos años...
    Esperanza

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