26 septiembre 2017

OTOÑO

OTOÑO


Llega el otoño, para la naturaleza y para algunos.

Es paradógico que lo que es el principio del final de la vida en los campos y en los bosques, en los árboles de hoja caduca, venga acompañado de una explosión de colores que más parece el principio de una vida que el final de ella.

Los ojos se llenan del colorido, del rojo fuego, hasta el cobre, una paleta inimaginable para un pintor que busque plasmar en un lienzo todo lo que la naturaleza le ofrece. Y si va acompañado de esos atardeceres, también rojizos, el alma se serena, contemplando lo que está, lo que entra hasta el fondo y no quiere irse.

El alma se serena, languidece. Un paseo por los bosques, es también un paseo por el interior. Es el principio del final de una vida y ese colorido exterior trae el colorido interior. Ese rojo que enardece hace que todo lo que ha sido se sublime, se recuerdan los buenos momentos, y se dice, la vida ha valido la pena.

La languidez desaparece y nuevas fuerzas hacen que se afronte con alegría y entusiasmo lo que está delante y se puede disfrutar, día a día.

No importa lo que quede, solo agradecer a Dios que nos haya dado lo que ha sido y nos permita disfrutar de lo que nos quiera dar.

Un paseo por el bosque, un paseo por el alma ¿solo? Mejor acompañado.

Principio y final, alfa y omega, y alegría siempre alegría, en todo.

Pasará el otoño, pasará el invierno y otra vez nos alegrará la primavera.



josé-luis

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